30.6.08

Festival El Alternador 08


Dentro de ná (viernes 4 y sábado 5 de Julio) será la IV edición del festival de música El Alternador, con entrada gratuita.
Abajo pongo algo de información de los grupos, horarios, recintos, transportes, alojamientos, etc... y las webs dónde se encuentran más respuestas.
Para llegar a los recintos os dejo este enlace de nuestro google maps interactivo, que es muy útil.
Espero que os animéis a venir o se lo comentéis a todo el que creáis que pueda estar interesado.
A ver cómo sale la cosa.
Saludos.

Festival EL ALTERNADOR
Montellano (Sevilla)
[entrada gratuita]
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Viernes 4 de Julio | 20.00 hrs.
Centro Cultural "La Fábrica"
AROAH
BLACANOVA
+ proyección de cortos + dj Bocasucia
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Sábado 5 de Julio | 20.00 hrs.
Recinto de Conciertos Montejoven
JOSÉ IGNACIO LAPIDO
TARIK Y LA FÁBRICA DE COLORES
G.A.S. DRUMMERS
MIDI PURO
+ grupos locales (Los Niños sin Riñones + Sakarina)
+ dj Spaceman Spiff
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+ Información:

http://www.laotracorriente.com/
http://www.myspace.com/laotracorriente

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Discos: A través del tiempo (E. Lozano - Los Iberos)


Rondando dos días de mano en mano, y de barra en barra, pero ya está en mi casa A través del tiempo, el disco de Enrique Lozano de Los Iberos, dónde además de temas ya conocidos en su discografía (mi favorito, Corto y ancho), tenemos aquí el rescate de nuevos temas que grabó Enrique en los años ochenta y que hasta hoy no habían salido a la luz. Una delicia para los oídos condensado en una cuidadísma edición. Majestuoso Pop de altura que desde ayer lo estoy disfrutando enormemente. Tanto o más que el partido de ayer.

Actualización: aquí el myspace de Enrique.




17.6.08

Canciones: Yo soy aquel (Raphael)

No seré yo el que defienda a la televisión (y radio) pública andaluza, que tienen tela, y ya si hablamos en términos de divulgación cultural mejor callarse... Pero ayer zapeando me encontré en canal sur (y en prime time) con la inmensa canción del vídeo que enlazo, y ante esto hay que poner algo. Por ejemplo, que podrían ponérsela a los que quedan en esa plataforma (¿hacia dónde?) que se llama OT y formatos similares, que con esto (y varios youtubazos) se aprende más que con tropocientos meses de academia.

p.d.: en una ocasión canté "mi gran noche" encima de un escenario y me lo pasé de es-cán-da-lo.

Actualización: imprescindible la lista que Manolo D. ha elaborado de sus diez temas favoritos de Rapahel.
 

15.6.08

Fiebre, fuego, calor y alta tensión


No eran las mejores condiciones para ello. Llevo desde finales de semana con el cuerpo destemplado. Al despertar ayer sábado la cosa fue a peor. La fiebre era ya insoportable, aumentada con la calor que ya dificulta hasta dormir con normalidad. A pesar del malestar tuve que levantarme porque tenía que arreglar un par de asuntos fuera de casa. Me encontré de camino con un amigo, y por no hacerle el feo entré en un bar con él a tomarme algo. De repente se fue la luz, la gente de la puerta señalando a una nube de humo que se levantaba en la lejanía y nos enteramos -con datos algo distorsionados- de que había pasado esto. Llamadas telefónicas tranquilizadoras que se suceden mientras el contraste entre frío del refresco y mi estado corporal se hace cada vez más patente.
Con todo esto, lo lógico hubiera sido acostarse a pasar el día sin más. Pero, con lo poco que se prodigan los vascos Lisabö (foto), y menos por el sur, no iba a dejar que unas (muchas) décimas de más me impidieran verlos. Así que tras comer algo, directo hacia Sevilla y al piso de unos amigos a ver el partido de España. Al terminar, éstos ante una tarde de aburrimiento (no se iban a poner a estudiar, claro) se decidieron a acompañarme al concierto a pesar de que nunca me dejan poner ninguno de mis cd's en los coches... aunque de camino para los remedios estuvieron a punto de arrepentirse al decirles que éstos cantaban en euskera, jeje. La cosa es que dentro del salón de actos de la Politécnica el calor era ya de rigor, y el poco rato al que llegamos de los Hiroshima a éstos no les agradó mucho (a mí sí, aunque estuve más tiempo en el baño tomándome un efferalgan). Pero en el descanso les convencí de que a Lisabö había que verlos, que su último disco "Ezlekuak" era una maravilla, que había que ver esa potencia rítmica de sus dos baterías, esas guitarras demoledoras, esos in crescendos sonoros, esos gritos rabiosos que te angustian y te someten a una desgarradora tensión. Eso había que verlo. Y lo vimos. Y no defraudó ni un ápice, pues a todo lo que esperaba se unió que verlo todo escenificado delante tuya con esa poderosa actitud lo hizo todo más intenso e inenarrable.
A mis amigos no les gustó demasiado. A mí me encantó. Y eso que las condiciones no eran las más idóneas. Hoy estoy fatal. Pero peor estaría si me lo hubiera perdido. Fiebres a mí, já!

11.6.08

4.6.08

Kiko ¡Veneno!

No pretendo que este blog se convierta en un remember, pero a colación de una conversación que tuve el otro día vuelvo a caer en ello. La cual versaba sobre cual era el primer concierto consciente al que había ido. Yo sé que durante mi infancia en Barcelona fui a una infinidad de los que montaba un locutor al que mi madre era aficionada (Justo Molinero, y su radio tele-taxi), de copleo la mayoría o variantes. Recuerdo haber estado allí pero ni un detalle de los mismos, sólo que regalaban cassettes y que mi hermana los ponía miles de veces, hasta que se aburría. Así he estado varios días hasta que he caído en uno, que si no el primero, es el primero del que recuerdo detalles, tan claros que me asustan.
Tal evento se celebraba en un cine de verano, era un concierto benéfico y la mayor atracción del mismo era la actuación de Martirio, que había eclosionado como icono de una época, la segunda mitad de los 80. Yo debería tener 6 o 7 años (quizá 8), y sólo conocía a la artista por su histrionismo, sus peinetas y esas características gafas negras (tengo grabado que al verla al acabar sin ataviaje alguno y esos maravillosos ojos verdes supe también por vez primera que todo en la vida era mentira). Pero salí de allí con otro descubrimiento (musical y vital) aún más importante.
En el cartel de ese concierto benéfico no sé si actuó algún otro grupo o artista más, pero uno me llamó la atención desde su impresión en los carteles: Kiko Veneno. Veneno, vaya nombre (aún me faltarían bastantes años para descubrir esto). ¿Quién sería? O más importante, ¿cómo sería? Cuando salió, delgadísimo, con una incipiente mecha blanca y unas enormes ganas de cachondeo me tuvo junto a un montón de críos (¿quiénes?) todo el concierto pegado al escenario. No recuerdo una sola de las canciones (cierto es que en esa época no pasaba por su mejor racha compositiva, esa que lo encumbró en los primeros noventa con Échate un cantecito), pero su guitarra y su ronca entonación me provocaron una fatal atracción, de esa que te dice que estás viendo algo grande, aunque no sepas lo que es. Esa que te dice que no es ese el momento más idóneo para disfrutarlo, pero que estás ante algo único, genuino, grande. Cuando acabó fui a los camerinos improvisados (la casa de los dueños del cine) y tras el episodio de los ojos de Martirio, al ver a Kiko le dí la mano; fuerte, como se la dan los hombres (eso decía mi abuelo), sabiendo que le estaba dando la mano a alguien de excepción.
Con los años descubrí el magno Veneno, los discos de Kiko en solitario, y le he vuelto a ver en directo unas 6 o 7 veces. Incluso le he visto un par de veces caminando por Sevilla, y no le he dicho nada. No era el momento. Ahora es momento de aplaudir.

2.6.08

Machado + Serrat

Mi padre tenía en casa un maletín rojo que estaba lleno de cintas de cassette. En él había desde el flamenco más ortodoxo (Camarón, Paco de Lucía, Menese...), más innovador (El Lebrijano, Lole y Manuel...) o de nueva generación (Triana, Alameda...), rumbeo variado (Chichos, Chunguitos, Grecas...), cantantes melódicos y mitos (Raphael, Carlos Gardel...), cantautores (Serrat, Paco Ibáñez...) o lo que más he ido rescatando con los años (Rolling Stones, Pink Floyd, Brincos y varias cosas más de los sesenta y setenta). El maletín salía con todos de viaje en un 127 verde que olía a tabaco y que fue protagonista de tantos y tantos viajes Barcelona-Montellano y viceversa.

De toda esa colección había una cinta que me llamó la atención y que me amplió el horizonte hacia nuevas experiencias: el Dedicado a Antonio Machado, poeta de Joan Manuel Serrat. Ayer metiendo cosas en cajas apareció ese cassette en un cajón y no he podido reprimir escribir algo sobre él y de los recuerdos que me trae a la mente. Ese disco mantiene hoy en mí viva su importancia porque aparte de introducirme en la discografía del catalán me dió un empujón a una afición, la lectura, que (según mi madre) tenía desde muy precoz, y en la transición de los tebeos a los libros tuvo mucho que ver la fascinación que me provocaban los textos de Machado. Y (aunque me gusta más el disco de Hernández) creo que éste es parte de mi vida, de los muchos caminos que he andado. Y lo que me queda. Machado y Serrat. Tándem perfecto. Imprescindible.