22.9.08

Voces en la cabeza

Hace años era lector conpulsivo de El jueves. Con el tiempo lo compraba sólo de vez en cuando, los extras principalmente, y ahora ni me acuerdo de cuando me pasé por el último (eso sí, lo rapiñeaba cuando podía de los pisos de mis amigos o lo ojeaba en el Vips). De las cosas por las que quizás me arrepiento de esto es por perderme las historias de algunos de sus dibujantes (vamos lo que leo cuando tengo uno entre manos) que me parecen verdaderos genios, como el humor bestia, catódico y freak de Pedro Vera, la aguda visión analítica de Mauro Entrialgo, las sátiras críticas a la sociedad actual (y, según nos va, cada vez más cercanas a la realidad) de Miguel Brieva, y sobre todos, el parásito Silvio José de Paco Álcázar, un entrañable gañán que explota a su padre mientras lo acusa de todas sus desgracias (aunque desde su escala de prioridades la primera sea no poder comprar el último videojuego del momento).

Así las cosas, y tras varias personas que me habían hablado muy bien de él, cuando el otro día pasé por La Fuga no pude reprimir mis instintos consumistas y me compré El manual de mi mente (Reservoir Books; Mondadori) de éste último, recopilatorio de historias de seres suicidas y autodestructivos en un mundo surreal y cotidiano como la vida misma, que llevo días disfrutando sobremanera.

De tal colección destacar la serie Mecanismo Blanco, en la que el neurocirujano (y repartidor de pizzas) Lázaro intenta dignificar una profesión mal vista hasta desde otras dimensiones planetarias (¿porqué será?); su descendiente Antesdeldesatre, la vida de los seres de Coscotrón en su dura adaptación a la nariz del Dr. Somoza; Todo está perdido, tribulaciones de la famila Pérez, cínicos paranoicos con un perro con una vagina adosada con vida propia, vecinos que mutan en otros vecinos, tumores centinelas, tebeos kamikazes que dan sabios consejos y una huida liberatoria que da lugar a un accidente perpetuo, y un sinfín de retales esperpénticos de una originalidad supina que pone en relieve que la mente de Paco Alcázar es de lo más lúcido (o turbio, o las dos cosas, qué importa) del panorama nacional, y eso es un hecho a celebrar. ¡Tremendo libraco oigan!.

p.d.: mata a los cerdos! mata a los cerdos!!!!
 

8.9.08

Pony Bravo

Los amigos de Tertulia Andaluza, con los que ya había colaborado anteriormente, han subido a su web (muy interesante, por cierto; pásense) un artículo que hice sobre los sevillanos Pony Bravo, autores del disco que -casi seguro- más habré escuchado este caluroso verano desde mi exilio capitalino intersemanal. Decía alguien que de la música no se escribe (o algo así), pero hay veces que hay que expulsar aunque sea por exceso las cosas que nos apasionan, que a lo mejor alegramos la vida, o parte de la misma, a algún despistado, como tantas cosas que he ido conociendo al cabo de los años a salto de mata (y de click) y que hoy no me imagino que no ronden a mi alrededor. Aunque la mayoría de las veces tus amigos sigan sacando tu cd del coche antes de pasar a la pista 2... Pero a lo que iba, muy buen debut discográfico el de esta gente.

p.d.: el artículo completo en cuestión. Abajo un extracto.


[...] Los sevillanos, entre tanto producto de catálogo, han parido una de las propuestas más originales y genuinas, a la par que estimulantes, de los últimos tiempos. Su reciente disco Si bajo de espalda no me da miedo, editado por el también novísimo sello local Discos Monterrey, y grabado en los Estudios La Mina por Raúl Pérez (miembro a su vez de The Baltic Sea, Marina Gallardo y Tweilicht), incluye doce temas en los que, además de la presencia de la sólida base rítmica característica del krautrock, se balancean y expanden con total fluidez hacia la música sureña americana, el western, vestigios del rock andaluz de los setenta (esos Triana), dejes flamencos, reggae, ritmos africanos y un acertadísimo espíritu coplero por el que siento gran debilidad. Sonidos fronterizos dispares con sensación de conjunto. Enormes canciones como El Rayo, la homónima El Pony Bravo, Trinchera, Arcanul, El guarda forestal, El piloto automático o Sunset que, gracias a la única difusión del boca a boca y de las diversas aplicaciones informáticas a su alcance (MySpace, Youtube, blogs…), llevan meses sonando sin parar y que justifican por méritos propios la expectación y admiración que provocan a su paso [...].