Quien más, quien menos, muchos nos ilusionamos cuando meses atrás surgió la posibilidad de que fuera a Eurovisión Guille Milkyway (incluídos los no demasiado fanáticos con la música de La Casa Azul). Al final una pésima broma que perdía su gracia a la primera escucha del minuto y poco de su minutaje original, interpretada por un buen actor y sobrexplotada por una cadena de televisión (o por dos, más bien) y todas las plataformas a su alcance, a la par que por muchos foreros con demasiado tiempo libre, fue la que acudió al evento, con los pírricos resultados ya conocidos.
Ahora bien, ¿qué hubiera pasado si todos los seguidores del contagioso pop de Guille nos hubiésemos erigido en defensores de la música "de verdad" y hubiésemos boicoteado por todos los medios posibles (y no posibles) al personaje de marras?
Este planteamiento es trasladable a la película del cineasta Iván Zulueta (ahora en boga, tras la reciente remasterización de su excelso film Arrebato), en la que, entre psicodelia y un guión marciano, un grupo de jóvenes histriónicos, gerentes de una tienda de música y amantes del pop anglosajón de la época, deciden quitar del mapa a todo grupo del que se tenga una mera constancia de que pueda interpretar el tema seleccionado por la delegación hispana (Mentira, mentira) en el festival europeo de la canción "MundoCanal". Con una imaginativa estética visual, colores saturados, y contínuos movimientos de cámara (y muy pocos medios, todo sea dicho) se suceden las estrambóticas mañas para ir eliminando a esas bandas sospechosas de acudir al certamen, todo ello tras la interpretación de uno de sus temas originales.
Y he aquí la mayor relevancia del film, el poder disfrutar de los grandes grupos de la época, pequeños videoclips insertos en la película de bandas como Los Iberos, Los Buenos, Los Ángeles, Los Beta, Fórmula V, Los Pop Tops, Los Mitos, Shelly y Nueva Generación, The End o Henry y los Seven.
Más allá de entrar en que si es una crítica a los festivales de época, a la música mayoritaria o a las mentiras informativas del régimen que daba poca repercusión a lo que triunfaba en el mundo, el verdadero motivo para perder una hora y veinte viendo Un, dos, tres... al escondite inglés es pasar un buen rato con unos temas tremendamente disfrutables. Abajo una muestra:
1 comentario:
es cierto: en 1969 ya se sabía como iba a acabar el festival de "Mundocanal". En fin, hasta el cartel de la peli mola... y la selección de grupos es una delicia.
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