17.1.12

cine-música: 'the devil and daniel johnston' (jeff feuerzeig, 2005)

Muchos habréis oído esa historia del día en que Kurt Cobain apareció en la ceremonia de los MTV Music Awards de 1992 vistiendo una camiseta con el nombre de Daniel Johnston -concretamente, una con el icónico dibujo que ilustraba la portada de 'Hi, how are you?' (Homestead, 1983)-, dirigiendo los focos sobre, en esos momentos, un treintañero cantautor folk tan inocente como dominado por las obsesiones internas. Un virtuoso creador con una personalidad tan frágil capaz de ponerle al borde del llanto cuando en una entrevista se le inquiere por cómo se imaginaría el mundo si no hubieran existido los Beatles (una de sus fuentes de inspiración). He vuelto a ver 'The Devil and Daniel Johnston' y, aún con encogido por la sacudida emocional, decido hoy dedicarle un post dentro de esa sección que bautizamos en su día como 'cine-música'.

'The Devil and Daniel Johnston' es un documental profundo y emotivo, dirigido por Jeff Feuerzeig, que circunda la figura de Daniel Johnston y su peculiar mundo interior. Una referencia que nos ofrece varias de las caras de un personaje tan poliédrico, recomponiendo las piezas sirviéndose de entrevistas a personas cercanas (su familia, amigos, músicos afines) y, sobre todo, de un abundante archivo, que incluye material fotográfico, vídeos caseros -entre lo paródico y lo sentimental- filmados con Super 8, sus personales ilustraciones gráficas y numerosas grabaciones sonoras, que van desde íntimas maquetas lo-fi manufacturadas en el sótano de su casa a subyugantes grabaciones de audio (peleas con su madre, charlas de instituto, grabaciones telefónicas de sus conversaciones privadas o una especie de audio-diario en el que plasma sus pensamientos). Criado en el seno de una conservadora familia ultrareligiosa, Johnston desarrolló desde niño una desbordante creatividad que preocupaba y desesperaba a sus padres, pero lo que intuían como rebeldía o dispersión juvenil escondía en realidad una latente enfermedad psíquica. Dedicado a su faceta musical (a la postre su vertiente más celebrada), Johnston volcaba en ella todo lo que su atormentada mente guarecía, melódicas composiciones tan desgarradoras como hermosas cantadas con quebradiza voz, inocencia pop que partiendo de la sencillez era capaz de exponer emociones profundas. Composiciones, muchas de ellas asidas a un rico imaginario simbólico, con las que exterioriza sentimientos como el amor no correspondido, la admiración por iconos de una época (The Beatles, Casper, Capitán América), su tormento existencial o la visión del mundo desde su perspectiva religiosa, con constantes advertencias sobre el demonio. Obsesión ésta última (se creía un enviado de Dios en lucha contra el mal) que, ácidos aparte, agravó su estado de desorden mental, llegando a condicionar su vida y llevándole a pasar muchos momentos internado en psiquiátricos o ajeno a lo que le rodeaba por los efectos de la medicación. Una historia tan fascinante como triste, tierna y dolorosa, de un genio maldito, tan sensible como talentoso. Un eterno niño tímido al que le reconfortaba gustar a través de su arte y que por el camino halló una dura travesía de tenebrosas voces interiores que lo martirizaron a la par que se convertía en una ilustre figura de culto subterráneo, amado por la cautivadora transmisión de sus delicados y conmovedores arrebatos de fulgente iluminación.

En definitiva, un documental imprescindible que cuenta con una cuidada edición en dvd con alguna sorpresa en los extras, como es su reencuentro con Laurie, su amor idealizado, musa y protagonista de tantas de sus composiciones, esas que el propio Johnston definió como "canciones de amor y funerarias". Muy grande. No se lo pierdan.



2 comentarios:

Vip Vop dijo...

Lo tengo pendiente de ver, después de leerte me animo del todo.
No sé si has visto esta maravilla,
http://minivegas.net/projects/daniel-johnston/

diego-j.c. dijo...

pues seguro que te gustará, muy emotivo y con un material (vídeos/audios/dibujos) impagable. no había visto este vídeo, está genial.
saludos!