No soy muy dado a las críticas de eventos musicales, ya sea por pereza o incapacidad de trasladar al papel (o al intermitente parapadeo del cursor en la pantalla) sensaciones, más aún cuando éstas rozan de cerca lo personal. Aún así, me esforzaré en esbozar un compendio de los momentos que viví la tarde-noche del pasado viernes. No me pidan demasiada objetividad, ya que El Alternador forma parte de mi vida y sus recuerdos momentos imborrables de la misma. Con todo, ahí va el intento.
Todo empieza con mi llegada al recinto sobre las 16.15 hrs. dónde ya se encontraban los componentes de Cuchillo y estaban a punto de llegar Marina y su banda. No quiero aburrir con lo fatigosas y tediosas que pueden resultar las pruebas de sonido, pero en esas horas previas, entre saludos y risas entre amigos a los que hacía tiempo no veía en persona (aunque sí en cientos de mails cruzados), salen a relucir esos nervios acumulados en el estómago ante la inminencia de los conciertos, más este año dónde la celebración del festival ha estado marcada por un denodado esfuerzo ante las adversidades que de golpe (y añadiría a traición) hicieron peligrar un evento musical que ha permitido a una localidad de poco menos de siete mil habitantes disfrutar en los últimos años de propuestas como Sr. Chinarro, Aroah, José Ignacio Lapido, The Unfinished Sympathy, Tarik y la Fábrica de Colores, La Costa Brava o Remate, entre otros muchos nombres. Se entrelazan la responsabilidad, la ilusión, los recuerdos, las incertidumbres, la emoción. Y sobrevolando, la certeza de que todo merece la pena. Porque este año había que optar por la continuidad, la supervivencia aún a costa de la reducción del festival a un sólo día. ¡Pero que día! El prefijo 'Mini' (al igual que el genial diseño de Alejandro Masferrer) constataba la adaptación a las nuevas condiciones, pero no un retroceso en la calidad de las bandas que conformaban el cartel. Marina Gallardo, Cuchillo y Los Punsetes. Un festival modesto pero con criterio propio, coherencia artística y con una clara apuesta por bandas como las citadas, con un presente y futuro impresionante, de las que nos llena de orgullo el haberlas acogido en Montellano y poder presenciar en este marco la enorme talla musical y emocional de sus repertorios.
/// Marina Gallardo
Ya desde las pruebas de sonido se ve que Marina es bastante perfeccionista, responsable con la forma en la que quiere ofrecer su música, la cual está repleta de canciones inmensas, de las que te erizan la piel. Marina bebe del folk americano, de Scott Walker, Bill Callahan y Will Oldham, pero con gran personalidad y sello propio. Se acompaña de una voz dulce y desgarrada que, lejos de la afectación y gorgoritos de 'otras féminas del momento', sobrecoge y se adhiere a la piel, bordeando los límites de la emoción hasta hacerte preso. Y uno encantado de caer embaucado en tal bello 'cautiverio' sónico. En su primera canción Marina miraba insistentemente a los técnicos intentando hacer notar que no se escuchaba (ni nosotros desde fuera su voz; posteriormente repetiría dicha canción para regocijo de los presentes), cosa que se arregló con el siguiente tema. Nervios disipados y una actuación que fue ganando enteros e intensidad con el minutaje. Al igual que el pasado año con Aroah, Marina (que en Montellano se presentó en formato trío) fue sintiendóse cada vez más segura sobre las tablas y su preciosa voz, imponente desde el arrullo sosegado a la pulsión eléctrica, fue envolviendo la sala del embriagador aroma que iban destilando temas como 'In a frame of my real temp', 'Waved in the tree', '12 old whiskey', 'Winter', 'I've got a beast in me', 'Stones' o 'Moon's wolf'. Si en 'Working to speak' (el disco) ya convence, en la intimidad de 'La Fábrica' fascinó. Sensibilidad y verdad a raudales. Porque lo suyo apunta alto. Muy alto. Háganme caso, acérquense sin prejuicios y síganle la pista que merecerá la pena. Si luego acaban seducidos, no digan que no les avisé.
//Set-list de su actuación aquí.
//Set-list de su actuación aquí.
/// Cuchillo
La propuesta de folk-rock hipnótico con toques de psicodelia que elabora Cuchillo nos tenía ganados a muchos antes de que diera comienzo su actuación. De hecho, su disco homónimo ('Cuchillo' Sinnamon Records) ha sido uno de los más me ha acompañado este año. Como me comentaba Pepe en las horas previas, un disco que (al igual que el de Marina) posee una belleza atemporal que podrá disfrutarse dentro de X años sin dejar de admirar los matices melódicos que contiene. Pero ya desde diferentes ámbitos han llegado los ecos de que a Cuchillo dónde se les disfruta, dónde calan es en los directos. Y vaya si era cierto. Sentado en mi silla no dejé de asombrarme del sonido que Israel (a la guitarra, voz y manejo del feedback) y Daniel (a la batería y percusiones) iban moldeando, una ensamblada paleta sonora totalmente evocadora. Así, ante un público totalmente boquiabierto fueron sonando 'Come with me', 'It will be ok', 'Estricta libertad', 'Cuando te canto', 'Summertime in Sweden', 'Black and white numbers', 'Breathing again', etc... Una maravilla. Como anécdota decir que ante su búsqueda de una darbuka o unos bongos para el acompañamiento percusivo de algún tema les dijimos que en Montellano lo que sería más fácil de localizar sería un cajón flamenco. Dicho y hecho, tras su búsqueda y una leve toma de contacto en la prueba de sonido (Dani dijo no haberlo tocado nunca y agradarle mucho su sonido, hasta el punto de interesarse en hacerse con uno), utilizaron el citado cajón para recrear una vigorosa versión del 'Within You Without You' de George Harrison (canción incluída en el 'Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band', de The Beatles) que les venía al pelo y con la que finalizaron su actuación. Decir de ella que fue brillante sería hasta injusto por quedarme demasiado corto. Grandes, muy grandes.
Ya retiradas las sillas del recinto para mayor esparcimiento y movilidad empieza a entrar la gente al escuchar sonar el inconfundible guitarreo del grupo. Pero el que canta es Manu (Anntona) y no Ariadna. La razón era que al llegar a Montellano con el tiempo justo y con poco tiempo para probar sonido (una leve toma de contacto con el escenario y chequeo de líneas) desengrasaron así hasta la llegada de Ariadna a su posición ante el micrófono. Totalmente estática (bastante meritorio con la calor que debía hacer desde su ubicación y que fue la comidilla entre los que los que les veían por primera vez), mirada perdida en un punto fijo y con atuendo de ¿novia punk? empezaron con 'Matadero' a desplegar todo lo bueno que llevamos meses sin dejar de admirar de su disco y maquetas anteriores. Con indudable actitud y presencia escénica, entre la maraña de adictivo ruido sonoro se fueron sucediendo esos himnos rabiosos que te golpean como 'Lo natural', 'Fondo de armario', 'Queridoalberto', 'Pinta de tarao' (con un crescendo brutal), 'Dos policías' (incontestable hit) o 'Maricas' junto a nuevas canciones que formarán parte de su próxima referencia (que todo sea dicho, tienen una pinta fantástica) como 'Estilo', 'Hospital Alchemilla', 'Dinero' o, con la que cerraron, la espléndida 'Tus amigos' ('que le den por culo a tus amigos, pasa de ellos y ven conmigo'). Con frescura y contundencia escupieron sus letras oscuras y mordientes y nos hicieron cantar a viva voz, vibrar, sonreir, disfrutar y, en una hora escasa, ser tan felices como la gente que puebla los anuncios. La diferencia es que aquí la felicidad era tan real como su valía personal y artística. Y había whisky (del que no da resaca) y tabaco. Todos mis respetos. ¡Vivan Los Punsetes!
//Set-list de su actuación aquí.
//Set-list de su actuación aquí.
Tras todo esto, la fiesta continuó por el recinto y los jardines del exterior y, posteriormente, en el Bar FNT dónde Diego Almuedo (Dj Contento), Pablo Delgado (Dj Spaceman Spiff) y algún otro miembro del colectivo La Alegre Factoría de la Helvética Voladora Dj's pusieron sintonía a las charlas y abrazos copa en mano, ocupando literalmente los escalones de La Fuente hasta el amanecer. Con la sonrisa en la boca y el cansancio delator de los párpados. Gran noche (otra) para la música en Montellano. Esperemos que el próximo año haya más.
6 comentarios:
absolutamente genial la crónica. ha sido como vivirlo dos veces
Gran crónica! Una pena no haber podido estar allí.
Genial la noche. Mini en el número de grupos, pero no en calidad e intensidad.
¡menos mal que no eres muy dado a las críticas!
muchas gracias por este texto. ¡y esperemos que el año que viene no se case ningún familiar!
ya que no estuvimos, me tomo el permiso de redirigir a tu blog desde la nadadora.
Me ha encantado tu cronica,no se te ha escapado ningun detalle,este año ha sido nuestro GRAN mini alternador
muchas gracias a todos!
la verdad es que fue un gran día. lo pasamos genial!
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